"...he reconstruido el ojo de Horus después de que se hubo apagado...". El libro de los muertos

lunes, 11 de julio de 2011

DESDE LEJOS LOS COLORES

Más adentro no se percibe lo ilógico, lo banal, lo irracional.
No se ven las diferencias, ni las erratas, ni la bruma; porque la bruma parece ser la constante.

Ante mi prisa y el desorden pretendo esquivar las miradas ajenas, pero tu seguridad y entereza me tocan el brazo pidiendo un poco de calma en este lindo atardecer.

Los quijotes y soldados desfilan enfundando sus célebres batallas condecoradas y me entra el miedo rodeada de tanta arma y paso firme.
Tu mano me roza todavía aunque había dejado de sentir la sutileza: estás ahí, siempre estás ahí, esperando a que apriete tu arrugada mano entre las mías suaves y escuche los consejos que te quedan por decir.

La calma vuelve aún a pesar de estar en plena campaña armada, ¿no son graciosos esos aterradores machos que embisten al enemigo con fusiles y no son capaces de protegerse del viento más que con unas finas faldas?

N. Pérez