"...he reconstruido el ojo de Horus después de que se hubo apagado...". El libro de los muertos

miércoles, 18 de enero de 2012

NO TENÍA GANAS DE CAMINAR


No tenía ganas de caminar, no le apetecía seguir vagando sin rumbo. Un buen día decidió naufragar y ver qué le deparaba así el destino.

Las fuerzas se le habían agotado y sentía sueño y frustración; no podía estar un segundo más en pie, sobretodo porque sabía que nadie era capaz de sujetarla, sabía que si no lo hacía ella misma se caería y no tenía muchas ganas de seguir erguida…

Se preguntaba cómo sería la vida sin un mañana y las mañanas sin el sol, se planteaba la posibilidad de ceder ante lo que le abrumaba y dejar de patalear. Si se convertía en una planta, en un vegetal, ¿qué pasaría a su alrededor? ¿Cómo reaccionarían los espectadores?
Tal vez sería recluida en un centro donde la obligarían a comer y le darían pastillas a todas horas y ella seguiría inmóvil, callada y en silencio, conversando solamente con su diario y con su voz interior.

Miró al espejo y supo que debía dormir aunque acababa de despertarse, rogó a los seres omnipresentes y omnipotentes por su alma y por su voluntad, apoyó su cuerpo desnudo en las sábanas recién puestas y con un suspiro dijo adiós.
N.Pérez

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