"...he reconstruido el ojo de Horus después de que se hubo apagado...". El libro de los muertos

viernes, 6 de mayo de 2011

GOTAS

Una lágrima es la forma de expresión más compleja, generosa y ambigua que existe.
Una lágrima sincera sale desde lo más profundo del alma como si de su propia esencia se tratara y muere en el olvido, derramada por necesidad.



Las lágrimas son el lenguaje de la angustia, de la felicidad, de la desdicha o la alegría. Pueden manipularse, provocarse o evitarse, pero una sóla gota de ese salado maná llega a ser la más linda forma de entregarnos.



Pocas lágirmas han derramado algunos cobardes por el miedo al qué dirán, colgándose medallas de valientes por su heroísmo o quizá egoísmo. Muchas lágrimas emanan de ojos falsos, embusteros, que juegan con el teatro y la discordia y recurren al lenguaje del alma para manipular a su presa.



Pero una lágrima incorrupta, verdadera, brillante y espontánea puede hacerte amar lo que no eras capaz de ver, detenerte en medio del homicidio, atreverte a recorrer el camino prohibido, aceptar eso tan bueno que te estaba ocurriendo a pesar de tí.



Una lágrima, una simple lágrima cuyo recorrido apenas dura un intante, que se empaña con el dorso de una mano apurada, que se oculta dando la espalda al público. Regaladas en medio de una discusión cuando ya no podíamos más, sustituyendo la rabia por un te quiero, delante de un presente inesperado, de un beso, de la caricia de un niño... Porque cuando las palabras no llegan, siempre queda algo más.

N.Pérez

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